Lejos de la conciliación de la que un día habló Tito Lucrecio (obra De rerum natura), la costumbre conduce al amor a un sueño placentero, un defecto no exagerado de la verdadera y real concepción universal del amor.
Todo en el arte de amar es maravilloso y placenteramente extraño cuando tienes las pupilas bien abiertas, por el contrario, si duermes en un sueño que no te corresponde, si divagas con los ojos entreabiertos o cerrados, las posibilidades de reflexión se esfuman.
Se les recuerda a los pasajeros del amor, que se debe amar, querer, adorar, desear y sentir con los pies en la arena, no es un mandato cívico, pero bien es cierto que algunos ruegan una ley al respecto.
Cuando te sorprendes, cuando te extrañas, es cuando comienzas a entender, ya lo decía Ortega y Gasset, así lo recoge su “Rebelión de la Masas”, y nos sorprenderemos de nuestra sorpresa apenas reflexionemos un poco, pupilas bien abiertas para ello...
Es en el esgrima del amor donde corremos el riesgo de alabar aquello que tenemos. Aquello que amas, no se alaba, se cuida, se quiere, se idolatra, pero no se alaba, la alabanza es sinónimo de autoconvencimiento, y no debe existir la necesidad de convencerte de nada cuando del amor se trata. Sólo vencerás en este arte, cuando los sentimientos rueden por inercia.
Las dudas despiertan la confusión que debe yacer cuando el discurso sentimental es sobre amor. Ahí radica la sospecha necesaria para matar al engaño que amenaza nuestros sentimientos o ¿es acaso una utopía pensar que el amor debe ir libre de dudas?
Cuando la necesidad nos arranca palabras sinceras, cae la máscara y aparece el hombre. Es esa necesidad la que nos ayuda a comprender los posibles errores, si es que los hay, por eso son sólo posibles... Cuando emergen en nuestro interior las ganas de seguir luchando en la oscuridad, a pesar de ser ardua tarea, es cuando tenemos los ojos abiertos, somos capaces de reflexionar, entender y sorprendernos, sentimos la arena en nuestros pies. Si cuidamos, adoramos, queremos, deseamos e idolatramos por inercia es que gozamos de esa amistad con momentos eróticos que Gala define como amor.
Aquí solo hay victorias para los que aman, sólo para unos pocos es el triunfo, sólo para los locos...Señores pasajeros, pueden bajar los que hayan llegado a su destino...
Cris de la Torre
@CRISDLTC
